En este documento, proponemos hacer foco sobre el concepto de “bienes comunes” para pensar una actualización política del peronismo. Nuevas articulaciones posibles entre la sociedad y el Estado.
En los últimos años, el concepto de Bienes Comunes ha ido ganando relevancia como una forma de repensar la propiedad y el control de recursos desde y para la sociedad. Esta perspectiva plantea que en ciertos casos —ya sean recursos naturales, culturales o digitales— la gestión no debe pensarse únicamente bajo lógicas de mercado o control estatal centralizado, sino que su sostenibilidad y valor dependen de la organización colectiva, la cooperación y la corresponsabilidad de quienes los usan y disfrutan. Los bienes comunes ofrecen así un marco para imaginar estructuras de gobierno más participativas, inclusivas y adaptadas a las necesidades y capacidades de las comunidades que los habitan, buscando equilibrar el acceso, la preservación y la generación de beneficios compartidos.
Este tipo de bienes son sistemas de recursos —naturales, creados por el hombre o de conocimiento— que son lo suficientemente grandes como para que sea costoso excluir a quienes podrían beneficiarse de ellos, pero cuyas unidades son rivales en el consumo. Esto significa que si una persona utiliza una unidad del recurso, otra no puede usar esa misma unidad. Ejemplos tradicionales incluyen áreas de pesca, cuencas subterráneas, pastizales, canales de riego, bosques comunales y ríos, lagos u océanos.
Existen también bienes comunes del conocimiento: ideas, información y datos compartidos en cualquier formato, especialmente digital. A diferencia de los recursos naturales, el conocimiento es en gran medida no rival: su uso por una persona no disminuye la disponibilidad para otros, y a menudo su valor crece cuanto más se comparte. Ejemplos incluyen artículos científicos, bases de datos, música, software libre, bibliotecas digitales y redes de comunicación como Internet. Sin embargo, también enfrentan dilemas sociales: congestión, parasitismo, conflictos de uso, mercantilización y cercamiento mediante derechos de propiedad intelectual excesivos.
La gestión de los bienes comunes, ya sean naturales o del conocimiento, se centra en evitar la sobreexplotación y garantizar la sustentabilidad a largo plazo. La experiencia demuestra que las comunidades pueden crear instituciones estables de autogestión, basadas en principios de diseño probados alrededor del mundo: límites claros de usuarios y recursos, reglas adaptadas a las condiciones locales, participación de la mayoría en la modificación de normas, supervisión directa de los usuarios, sanciones graduadas, mecanismos de resolución de conflictos, reconocimiento de la autonomía local y coordinación en múltiples niveles para sistemas complejos. La confianza, la reputación, la reciprocidad y el aprendizaje continuo son esenciales.
Comunidad Organizada y Bienes Comunes: Inspiración para una Acción Colectiva Renovada
La idea de “comunidad organizada” en el peronismo y el concepto de bienes comunes convergen en la importancia de la acción colectiva, la organización social y la responsabilidad compartida para alcanzar objetivos colectivos y gestionar recursos que benefician a todos. Los bienes comunes ofrecen un paradigma valioso para incorporar facetas de participación, autogestión y sostenibilidad dentro de una estrategia política peronista renovada.
La Comunidad Organizada en el Peronismo
Como sabemos, la comunidad organizada describe una sociedad movilizada por y para el Estado, orientada a la consecución de metas nacionales y al bienestar del pueblo.
- Función social de la propiedad: La propiedad, pública o privada, debe contribuir al bien común. Esto implica movilizar recursos y orientar la inversión hacia sectores estratégicos para generar empleo, desarrollo industrial y bienestar social.
- Planificación integral y rol del Estado: Los planes estratégicos del peronismo buscaban industrialización, desarrollo tecnológico y formación de recursos humanos, articulando políticas de largo plazo.
- Sustento simbólico y legitimación: La difusión de planes y políticas permitió construir una comunidad simbólica, acercando a la sociedad al proyecto nacional y fortaleciendo la identidad colectiva.
- Participación activa del pueblo: Sindicatos, cooperativas, mutuales y las familias participaron en la implementación de políticas y en la defensa del bienestar común, transformando a los ciudadanos en colaboradores activos de la gestión social.
Bienes Comunes: Un Paradigma de Autogestión y Cooperación
Estos bienes muestran cómo las comunidades pueden organizarse para gestionar recursos compartidos de manera sostenible, desde pastizales, bosques y cuencas de agua, hasta conocimiento y datos.
- Recursos compartidos y sostenibilidad: Mantener su valor requiere reglas claras, cooperación y cuidado colectivo, asegurando su disponibilidad para las generaciones presentes y futuras.
- Principios de gestión: Límites bien definidos, reglas adaptadas al contexto, participación en la toma de decisiones, supervisión compartida, sanciones graduadas, mecanismos locales de resolución de conflictos y reconocimiento de la autoorganización.
- Confianza y reciprocidad: La cooperación se fortalece con capital social, reputación y colaboración continua, fomentando la participación activa y la corresponsabilidad en la gestión.
- Aprendizaje y adaptación: La gestión de bienes comunes es un proceso dinámico que se ajusta a las condiciones cambiantes, mejorando continuamente a través de la experiencia y la práctica colectiva.
Hacia un Peronismo de Bienes Comunes
Incorporar estos principios al peronismo permite fortalecer la participación popular, la autogestión y la sostenibilidad de los recursos, tanto materiales como del conocimiento. Los bienes comunes inspiran un enfoque donde el pueblo no solo recibe políticas, sino que se convierte en protagonista activo, organizándose y cooperando para construir soluciones colectivas duraderas, en consonancia con los valores de justicia social, desarrollo y solidaridad del proyecto nacional.
Buenos Aires, agosto de 2025